La empresa encargada, Qhapaq Ñan S.A.C., argumentó que hallazgos arqueológicos —como criptas antiguas, muros y pisos originales— modificaron la planificación. Pero expertos en patrimonio afirman que estos elementos eran previsibles dada la ubicación en el Centro Histórico de Lima.
“El mayor riesgo es que esto quede como otro elefante blanco”, advirtió Cecilia Ruiz, abogada especialista en contratos públicos. La ineficiencia técnica y istrativa, señala, fue evidente desde el bajo ritmo de avance en más de dos años de ejecución.
Además, la arquitecta María Córdova, autora del informe técnico que sustentó la cancelación, concluyó que continuar con la obra representaría riesgos patrimoniales irreversibles, debido a la inestabilidad estructural detectada en el proceso.
La restauración fue aprobada en la mesa directiva del congresista José Williams. En la gestión de Alejandro Soto, se autorizó un adicional por 800 mil soles. La mesa actual, liderada por Eduardo Salhuana, aprobó otros cuatro adicionales valorizados en 489,605 soles, según documentos revisados por Cuarto Poder.
En total, más de un millón 200 mil soles en adicionales, para una obra que terminó siendo detenida por supuesta inviabilidad técnica. A pesar del gasto, ninguno de los congresistas consultados pudo explicar el estado del proyecto. Algunos ni siquiera sabían que el museo está cerrado.
La empresa ejecutora espera definiciones legales. No descartan reclamar compensaciones, mientras que el Congreso aún no anuncia si aplicará penalidades o retomará el proyecto con nuevo contrato.
El Museo del Congreso es considerado patrimonio cultural de la Nación. Funcionó durante la época virreinal como sede de la Inquisición y, más tarde, albergó al Senado durante la etapa republicana. Exhibía reliquias y piezas únicas de la historia política y religiosa del país.
Hoy, las columnas neoclásicas y salas de tortura quedaron tras candado y polvo. La restauración fue una oportunidad histórica para poner en valor este espacio, pero terminó en abandono e incertidumbre. “Cinco millones se han ejecutado, pero si no se continúa, ese dinero se perderá”, reconoció Erika Anticona, gerente de Qhapaq Ñan.
Mientras tanto, desde el Congreso, nadie da la cara. La restauración, que abarcó tres gestiones legislativas, ha quedado como otro símbolo de la desidia estatal frente al patrimonio histórico del país.
-Proyecto de restauración recibió más de 13 millones de soles de presupuesto.
-A la fecha solo se ejecutó el 33.78% y ya se invirtieron casi 5 millones.
-Obra fue paralizada por “riesgo patrimonial” según informe técnico.
-Empresa ejecutora alega hallazgos históricos como causa, pero expertos lo cuestionan.
-Se aprobaron más de S/ 1.2 millones en adicionales por tres mesas directivas.
-Congreso no ha definido si aplicará sanciones ni si continuará la obra.
-Museo es patrimonio cultural y está abandonado desde hace meses.
-El caso simboliza la desidia institucional frente a la memoria histórica nacional.