Según autoridades militares, el ataque se basó en información de inteligencia de alta calidad. Los blancos incluían infraestructuras militares estratégicas que, según Israel, representaban una amenaza directa.
Tras el bombardeo, el gobierno israelí declaró el estado de emergencia especial en todo su territorio. Se activaron sirenas antiaéreas para alertar a la población ante un inminente contraataque.
Desde las 3:00 a.m. hora local, se suspendieron clases, reuniones y actividades laborales no esenciales. Solo los sectores considerados críticos pueden operar.
Medios oficiales iraníes informaron sobre “fuertes sonidos” en Teherán, aunque aún no han confirmado oficialmente los lugares atacados ni las consecuencias del bombardeo.
Hasta el momento, Irán no ha emitido una respuesta militar pública, pero Israel declaró que se prepara para una represalia “en el futuro inmediato”, posiblemente mediante misiles o drones.
Israel considera que el ataque fue necesario para prevenir una ofensiva iraní mayor. Sin embargo, la región está en máxima alerta. La comunidad internacional aún no ha emitido pronunciamientos oficiales, pero se espera que potencias como Estados Unidos y países europeos intervengan diplomáticamente.
La posibilidad de una escalada bélica no está descartada. Las fuerzas israelíes han reforzado sus defensas y piden a la población mantenerse alerta en todo el país
El estado de emergencia limita la movilidad, suspende clases y prohíbe eventos masivos. Las autoridades israelíes han pedido a los ciudadanos seguir las instrucciones de seguridad y prepararse para posibles ataques.
En Irán, aún no se han reportado víctimas, pero se teme una escalada militar en las próximas horas.