Lorena, frustrada por sus problemas laborales y el fracaso en su trabajo con tarjetas de viaje, buscó apoyo en quien menos imaginaba: Diego. A pesar de que ella está con Tito, Diego no pudo ocultar su interés y terminó convirtiéndose en su inesperado salvador.
La presión pudo más. Lorena se sintió abrumada por su mal desempeño y el rechazo constante que sufría al ofrecer afiliaciones.
En un impulso, acudió a Diego, esperando un consejo cualquiera. Pero lo que recibió fue mucho más que palabras: atención sincera, ayuda efectiva y, sobre todo, una solución.
Con un toque de humor y galantería, Diego se convirtió en el apoyo que Lorena no sabía que necesitaba.